lunes, 14 de febrero de 2011

La cámara: la fotografía (IV)

Seguimos esta serie de posts con el objeto que ha servido de excusa para mi afición por la fotografía: mi cámara Canon EOS 500D. Se trata de una cámara reflex digital o DSLR de la marca Canon y especialmente enfocada al gran público. En mi caso se ha ajustado perfectamente a mis necesidades facilitándome mucho el aprendizaje y dándome muy buenos resultados.


Revisando la web oficial encontramos que entre sus principales características destacan:
  • Sensor CMOS de 15,1 Megapíxeles
  • Vídeo en alta definición real Full HD (1080p).
  • Alta sensibilidad hasta 12.800 ISO.
  • 3,4 fps en una ráfaga de hasta 170 JPEG
  • Pantalla LCD Clear View de 3,0” con Modo Visión en Directo “Live View Mode”
  • Sistema AF de 9 puntos
  • DIGIC 4
  • Sistema de Limpieza Integrada EOS
  • Compatibilidad con los objetivos EF/EF-S y los flashes Speedlite EX
Y vosotros me preguntaréis: sí. pero ¿qué tiene una reflex que no tenga un compacta?

Podríamos establecer una analogía (nada peyorativa) comparando la cámara DSLR con un pura sangre y la compacta con una mula. Mientras que la mula te lleva de un lugar a otro a su ritmo, con seguridad pero sin grandes alardes, el pura sangre te da mucha potencia y velocidad pero si no lo sabes domar y montar con control no avanzarás más de un par de metros sin caerte.


Hay muchos, pero, en mi opinión, los puntos fuertes que cabe destacar en una cámara DSLR son:

- El rango dinámico. Esto es, la capacidad de que en un misma imagen podamos ver con detalle partes con luz muy alta y partes oscuras, facilitando contrastes por medio de capturas de luz de amplio rango.

- Lentes intercambiables. Poder cambiar las lentes nos da la posibilidad de tener prácticamente una cámara diferentes para cada ocasión (macro, retrato, zoom, etc). Por supuesto no hay que olvidarse del coste que esto puede suponer, así como del aprendizaje necesario para cada nueva lente.

- Control manual y RAW. Poder controlar los parámetros de la toma de forma manual nos da un control (y una responsabilidad) que nos permite hacer la foto de la forma que queremos (o al menos intentarlo) lo que nos ayuda a hacer de la fotografía algo muy personal. Poder trabar en formato crudo o RAW facilita mucho el postproceso de la imagen para mejorar o incluso arreglar aquellas fotos que no hayamos obtenido tal y como nos gusta.

- Control de ruido. Sí, hay ruido en una imagen. Al poder controlar la sensibilidad de nuestra cámara (por medio del ISO) podemos hace fotos en condiciones de poca luz (sin flash) sin que aumente notablemente el grano o ruido en la imagen, lo que sigue sumando en la calidad final de la foto.

No todo son ventajas, hay inconvenientes como el ya comentado de la exigencia técnica de la cámara; mayor coste de cámara, lentes y accesorios; tareas de cuidado y mantenimiento necesarias; o el mayor peso y tamaño. En cualquier caso os vuelvo a insistir en que merece la pena.

Bueno, el siguiente post de esta serie debe ser por lógica acerca del momento de hacer fotos (...continuará)

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